Desde el día que conocí a Isabel, a pesar del estado en el que yo me encontraba, me asombró su calidad humana. A medida que he tratado con ella, su profesionalidad me ha asombrado aún más. Su sentido de la empatía y de conocerte, tratarte, guiarte es absolutamente impresionante. Una profesional por vocación y de corazón que tuve la suerte de conocer y que espero que puedan hacerlo muchísimas personas más (l
a psicología no es algo que esté ahí solo para acudir por obligación o in extremis; necesitamos cuidar también nuestra mente para que todo
en nosotros pueda fluir de la mejor forma). La sala donde nos recibe es absolutamente acogedora, limpia, elegante, ella se encarga de acomodarte de forma que todo pueda transmite paz. Atiende con mucha puntualidad y nunca tendrás la sensación de tener prisas. Dedica a cada paciente lo que necesita. En mi caso se trataba de una ANSIEDAD MUY FUERTE y ella me ha demostrado que siempre hay luz al final del túnel, sobre todo si quién te espera al otro lado es alguien tan maravilloso como ella. Gracias eternas por todo, Isabel.
Paciente